miércoles, 30 de noviembre de 2011

POEMA DEL FEO- Banderín sobre EL BUENO, EL FEO Y EL MALO.

En Almería hay pocas instituciones poéticas, la ciudad es escasa en tamaño y mitos . Pero si hay algo que lleva sobresaliendo, resistiendo contra viento y marea, durante los últimos años, es el proyecto de Los Banderines. Un espectáculo que mezcla poesía, música y cine/artes plásticas cada dos martes más o menos en la noche del Zaguán. Y va tirando hacia adelante ofreciendo toda clase de autores, dando la alternativa a jóvenes y aficionados y también acercando a autores de cierto renombre, sin un euro, con la sola y tremenda voluntad de Antonio García Fernández, aka Sr. Curri. Algún día esta ciudad reconocerá lo mucho que le debe a este fanático de la cultura posible. Pues eso. Entre los momentos memorables del año cultural almeriense, al menos para mí, siempre está El Banderín Especial sobre Cine, donde en cursos anteriores se rindió homenaje a películas impagables como París, Texas o Amanece que no es poco. Esta vez tocaba la obra maestra de Sergio Leone: El bueno, el feo y el malo (1966), rodada en gran medida en el desierto de Tabernas. Participamos cuatro escritores, Curri (El Bueno), yo (El Feo), Miguel Ángel Muñoz (El Malo) y Juan Manuel Gil (El desierto), y entre nuestras intervenciones se iban intercalando la narración del actor Andrés Erreeme, la música de la banda sonora tocada en directo por los Carmona Conection y una serie de cortes del film, como piezas de una mitología necesaria. Os dejo la intro de la película, espectacular. Y después mi poema sobre El Feo, ese filósofo sucio de la frontera, interpretado pro Eli Wallach.






El Feo




Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y trafico con mi muerte.
Y lo hago porque la muerte es una estrella de arena que vive dentro de las monedas.

Y sé que la belleza es hermana del miedo.

Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y soy el hombre ahorcado mil veces.
Y las cicatrices de mi piel forman un laberinto de tiempo roto del que nunca podré salir.

Y sé que la belleza en el desierto no es nada.

Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y tengo todas las respuestas.
Y la palabra traición como un templo bajo el agua, y la palabra oro como una diosa ciega.

Y sé que la belleza no tiene balas.

Ni un corazón de alabastro.

Ni agallas.

Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y este revólver también soy yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

uauhhhh!!!!me encanta!!!de hecho, comencé hace poco una serie de poemas en homenaje al western para un proyecto...

Besos
L.